miércoles, 5 de noviembre de 2008

Encargo - Julio Cortázar

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

5 comentarios:

g. dijo...

Siempre me gusto.
Me encantó siempre; lo tengo puesto en mis dos blogs, realmente no sé bien porque...

Es tan lindo.

Gracias.
Saludos.

Castigadora dijo...

Es una poesía desgarradora! Me gustó descubrirla

Besos

Anónimo dijo...

Yo no grito mi verdader nombre para no alarmar al personal.

Besos de Princesa

elsa dijo...

bello poema con gran fuerza y sentimiento
abrazos

elsa dijo...

tu verdadero nombre serviría : "pasión"? porque los versos sí lo son!
abrazos